
El 16 de junio de 2025, miles de ciudadanos colombianos salieron a las calles de todo el país para clamar "No a la violencia". Esta fue una manifestación pacífica en apoyo al senador y precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay, quien resultó gravemente herido en un ataque terrorista una semana antes. Esta Marcha del Silencio quedará registrada como un evento que muestra claramente la preocupación nacional por el aumento de la tensión política y la violencia en Colombia, de cara a las elecciones presidenciales y legislativas de 2026.
Una ola de silencio inunda Bogotá
En la capital, Bogotá, una gran multitud llenó la Plaza de Bolívar, en el centro de la ciudad. Partiendo del Parque Nacional, miles de personas vestidas de blanco o con la camiseta de la selección colombiana de fútbol se unieron en un torrente para iniciar la 'Marcha del Silencio'. Los manifestantes portaban pancartas con lemas como "Estamos contigo. ¡Fuerza, Miguel! Nosotros también somos el pueblo", "Alzamos la voz en silencio. La vida es sagrada", y "Alzamos la voz por la vida, por ti, Miguel. El odio no detendrá tu camino hacia un país mejor". A través de ellas, expresaron su solidaridad y deseos de pronta recuperación al político de 39 años, miembro del partido de derecha Centro Democrático, afín a Uribe.
Esta protesta fue convocada por políticos de diversos partidos en un acto de unidad, con el fin de representar la voz del pueblo y exigir al presidente colombiano, Gustavo Petro, que modere su lenguaje para evitar que la violencia sea protagonista en la campaña legislativa y presidencial de 2026. En particular, el ataque terrorista contra el senador Miguel Uribe Turbay no se percibe como un mero ataque personal, sino como una advertencia de que la creciente confrontación y división política podría desembocar en violencia extrema.
Críticas al gobierno de Petro y la teoría de la crisis constitucional
Hilda García, una maestra jubilada que participó en la protesta, expresó su descontento con el gobierno actual diciendo: "La situación es grave. El gobierno de Petro va por mal camino, y el Congreso no trabaja y cobra salarios demasiado altos en comparación con los trabajadores. La inseguridad impide que cualquiera viva en paz. No hay gobierno, es la anarquía".
Otros manifestantes también levantaron pancartas con lemas como "¡Petro fuera!", elevando sus voces de crítica. Esto coincide con el momento de escalada de tensión política en Colombia, después de que la semana pasada el presidente Petro emitiera un decreto presidencial convocando a un referéndum para el 7 de agosto sobre la reforma laboral, que ya había sido rechazada por el Senado, bajo el pretexto de que "el pueblo lo quiere".
Diversos sectores de la sociedad, incluyendo la academia y el ámbito jurídico, han advertido que esta iniciativa es inconstitucional y amenaza el orden constitucional y la democracia. Esto va más allá de un simple debate legal, generando preocupación de que el intento del presidente de anular las decisiones del Congreso a través de un referéndum pueda socavar el principio de separación de poderes. Algunos interpretan esto como una tendencia autoritaria y diagnostican una crisis de la democracia colombiana.
El general de la reserva de la policía, Eliecer Camacho Jiménez, enfatizó en una entrevista con la agencia EFE que "Hoy el que viene aquí es el pueblo. Nosotros somos el pueblo", y afirmó que el ataque terrorista contra el senador Uribe Turbay es el resultado del "discurso de odio" del gobierno, lo que lleva a que "nos maten". Estas declaraciones reflejan una visión crítica de que la retórica populista del gobierno de Petro está exacerbando la división y el conflicto social, y en última instancia, incitando a acciones violentas.
Protestas contra la violencia se extienden por todo el país y la tragedia de Cali
La 'Marcha del Silencio' se llevó a cabo en más de 20 ciudades de Colombia, además de Bogotá, y tuvo una gran repercusión especialmente en Cali, la capital del departamento del Valle del Cauca. El martes pasado, Cali fue escenario de un trágico suceso con tres ataques terroristas que dejaron dos muertos y 42 heridos. Cali es una de las regiones donde se cruzan los complejos conflictos políticos y sociales de Colombia, y este ataque dejó profundas heridas en sus habitantes. En este contexto, los ciudadanos de Cali expresaron su firme rechazo a la violencia a través de la Marcha del Silencio, lo que contribuyó a la expansión del sentimiento antiv violencia en todo el país.
Colombia tiene una larga historia de conflicto interno y, a pesar de los acuerdos de paz entre el gobierno y los grupos guerrilleros, aún sufre diversas formas de violencia. En particular, la polarización política se ha intensificado de cara a las elecciones presidenciales de 2026, lo que agrava la preocupación por estos actos de violencia. Esta Marcha del Silencio es un evento significativo que demuestra el fuerte deseo del pueblo colombiano de no permanecer en silencio ante la violencia y de hacer oír su voz de manera pacífica. También envía un fuerte mensaje al gobierno de Petro para que realice esfuerzos más activos y sustanciales para la integración social y el fin de la violencia.
En definitiva, esta gran manifestación es más que una simple reunión política; es una expresión de la resistencia nacional ante los problemas de violencia, la división política y la crisis constitucional que enfrenta la sociedad colombiana. El futuro de Colombia dependerá de cómo se resuelvan estos conflictos, se construya una sociedad sin violencia y se defiendan los principios de la democracia.
El 16 de junio de 2025, miles de ciudadanos colombianos salieron a las calles de todo el país para clamar "No a la violencia". Esta fue una manifestación pacífica en apoyo al senador y precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay, quien resultó gravemente herido en un ataque terrorista una semana antes. Esta Marcha del Silencio quedará registrada como un evento que muestra claramente la preocupación nacional por el aumento de la tensión política y la violencia en Colombia, de cara a las elecciones presidenciales y legislativas de 2026.
Una ola de silencio inunda Bogotá
En la capital, Bogotá, una gran multitud llenó la Plaza de Bolívar, en el centro de la ciudad. Partiendo del Parque Nacional, miles de personas vestidas de blanco o con la camiseta de la selección colombiana de fútbol se unieron en un torrente para iniciar la 'Marcha del Silencio'. Los manifestantes portaban pancartas con lemas como "Estamos contigo. ¡Fuerza, Miguel! Nosotros también somos el pueblo", "Alzamos la voz en silencio. La vida es sagrada", y "Alzamos la voz por la vida, por ti, Miguel. El odio no detendrá tu camino hacia un país mejor". A través de ellas, expresaron su solidaridad y deseos de pronta recuperación al político de 39 años, miembro del partido de derecha Centro Democrático, afín a Uribe.
Esta protesta fue convocada por políticos de diversos partidos en un acto de unidad, con el fin de representar la voz del pueblo y exigir al presidente colombiano, Gustavo Petro, que modere su lenguaje para evitar que la violencia sea protagonista en la campaña legislativa y presidencial de 2026. En particular, el ataque terrorista contra el senador Miguel Uribe Turbay no se percibe como un mero ataque personal, sino como una advertencia de que la creciente confrontación y división política podría desembocar en violencia extrema.
Críticas al gobierno de Petro y la teoría de la crisis constitucional
Hilda García, una maestra jubilada que participó en la protesta, expresó su descontento con el gobierno actual diciendo: "La situación es grave. El gobierno de Petro va por mal camino, y el Congreso no trabaja y cobra salarios demasiado altos en comparación con los trabajadores. La inseguridad impide que cualquiera viva en paz. No hay gobierno, es la anarquía".
Otros manifestantes también levantaron pancartas con lemas como "¡Petro fuera!", elevando sus voces de crítica. Esto coincide con el momento de escalada de tensión política en Colombia, después de que la semana pasada el presidente Petro emitiera un decreto presidencial convocando a un referéndum para el 7 de agosto sobre la reforma laboral, que ya había sido rechazada por el Senado, bajo el pretexto de que "el pueblo lo quiere".
Diversos sectores de la sociedad, incluyendo la academia y el ámbito jurídico, han advertido que esta iniciativa es inconstitucional y amenaza el orden constitucional y la democracia. Esto va más allá de un simple debate legal, generando preocupación de que el intento del presidente de anular las decisiones del Congreso a través de un referéndum pueda socavar el principio de separación de poderes. Algunos interpretan esto como una tendencia autoritaria y diagnostican una crisis de la democracia colombiana.
El general de la reserva de la policía, Eliecer Camacho Jiménez, enfatizó en una entrevista con la agencia EFE que "Hoy el que viene aquí es el pueblo. Nosotros somos el pueblo", y afirmó que el ataque terrorista contra el senador Uribe Turbay es el resultado del "discurso de odio" del gobierno, lo que lleva a que "nos maten". Estas declaraciones reflejan una visión crítica de que la retórica populista del gobierno de Petro está exacerbando la división y el conflicto social, y en última instancia, incitando a acciones violentas.
Protestas contra la violencia se extienden por todo el país y la tragedia de Cali
La 'Marcha del Silencio' se llevó a cabo en más de 20 ciudades de Colombia, además de Bogotá, y tuvo una gran repercusión especialmente en Cali, la capital del departamento del Valle del Cauca. El martes pasado, Cali fue escenario de un trágico suceso con tres ataques terroristas que dejaron dos muertos y 42 heridos. Cali es una de las regiones donde se cruzan los complejos conflictos políticos y sociales de Colombia, y este ataque dejó profundas heridas en sus habitantes. En este contexto, los ciudadanos de Cali expresaron su firme rechazo a la violencia a través de la Marcha del Silencio, lo que contribuyó a la expansión del sentimiento antiv violencia en todo el país.
Colombia tiene una larga historia de conflicto interno y, a pesar de los acuerdos de paz entre el gobierno y los grupos guerrilleros, aún sufre diversas formas de violencia. En particular, la polarización política se ha intensificado de cara a las elecciones presidenciales de 2026, lo que agrava la preocupación por estos actos de violencia. Esta Marcha del Silencio es un evento significativo que demuestra el fuerte deseo del pueblo colombiano de no permanecer en silencio ante la violencia y de hacer oír su voz de manera pacífica. También envía un fuerte mensaje al gobierno de Petro para que realice esfuerzos más activos y sustanciales para la integración social y el fin de la violencia.
En definitiva, esta gran manifestación es más que una simple reunión política; es una expresión de la resistencia nacional ante los problemas de violencia, la división política y la crisis constitucional que enfrenta la sociedad colombiana. El futuro de Colombia dependerá de cómo se resuelvan estos conflictos, se construya una sociedad sin violencia y se defiendan los principios de la democracia.