
El Gobierno de Paraguay ha anunciado oficialmente un aumento del salario mínimo de 100.000 guaraníes (aproximadamente 18.000 wones) a partir del 1 de julio. Con este ajuste, el salario mínimo mensual será de 2.899.048 guaraníes (aproximadamente 520.000 wones) y el salario mínimo diario de 111.502 guaraníes (aproximadamente 20.000 wones). Aunque esta medida sigue la recomendación del Consejo Nacional de Salarios Mínimos (Conasam), la controversia continúa en medio de críticas de que el Índice de Precios al Consumidor (IPC) no refleja la realidad.
La preocupación del Gobierno: la brecha entre el IPC y el costo de vida
El presidente Santiago Peña reconoció que el aumento del salario mínimo se basa en una inflación acumulada del 3,6%, pero señaló que el método actual de cálculo del Índice de Precios al Consumidor (IPC) no refleja el aumento real en la cesta de la compra de los trabajadores. El Ministro de Economía, Carlos Fernández Valdovinos, también admitió que el IPC no capta adecuadamente el aumento de los precios de los productos esenciales y declaró que se está considerando la introducción de un nuevo método de cálculo para reajustar el salario mínimo.
El ministro Fernández afirmó: "La insatisfacción pública con las estadísticas del Banco Central es constante. Esto también es una forma de formular la política monetaria, pero el problema del salario mínimo debe ser reconsiderado y deben buscarse mejoras".
Actualmente, el gobierno, las empresas y los sindicatos están participando en una revisión de los ítems que servirán de base para el cálculo del IPC, lo que determinará si se seguirá utilizando el IPC como indicador de referencia para los aumentos del salario mínimo. Esta medida se interpreta como una respuesta a las críticas constantes de los sindicatos y las organizaciones civiles, que sostienen que el método actual está provocando una disminución del poder adquisitivo real de los trabajadores.
Exigencia de cambio en el método de cálculo del salario mínimo y refuerzo de la transparencia
En este contexto, la senadora Esperanza Martínez ha presentado un proyecto de ley para modificar el método de cálculo del salario mínimo. La senadora Martínez argumenta que el IPC actual no refleja adecuadamente la inflación de los alimentos. Según sus datos, mientras que el IPC general aumentó un 28% entre 2018 y 2023, los precios de los alimentos se dispararon un 47%. En 2023, en particular, los precios de los alimentos subieron un 7,5%, mientras que el IPC general solo aumentó un 3,9%.
La senadora Martínez enfatizó: "El salario mínimo debe reajustarse de acuerdo con el índice que tiene el mayor impacto, y en la mayoría de los casos, ese es el índice de precios de los alimentos". El proyecto de ley también incluye disposiciones para aumentar la transparencia, exigiendo que Conasam publique en el sitio web del Ministerio de Trabajo todas las actas, métodos de cálculo y criterios utilizados para el reajuste del salario mínimo. "Existe una desconfianza en las cifras. Lo que pedimos es que se hagan públicos los datos para que todos puedan verificar cómo se llegó al monto final", añadió la senadora Martínez.
Se espera que este aumento del salario mínimo tenga un impacto positivo inmediato en los trabajadores paraguayos, pero el problema fundamental de que el IPC no refleja la realidad y las discusiones sobre el cambio en el método de cálculo seguirán siendo temas de debate. Se prestará atención a si se establecerá un sistema de determinación del salario mínimo razonable que refleje el aumento real del costo de vida percibido por los trabajadores, a través de la cooperación entre el gobierno, el poder legislativo y los diversos sectores de la sociedad.
El Gobierno de Paraguay ha anunciado oficialmente un aumento del salario mínimo de 100.000 guaraníes (aproximadamente 18.000 wones) a partir del 1 de julio. Con este ajuste, el salario mínimo mensual será de 2.899.048 guaraníes (aproximadamente 520.000 wones) y el salario mínimo diario de 111.502 guaraníes (aproximadamente 20.000 wones). Aunque esta medida sigue la recomendación del Consejo Nacional de Salarios Mínimos (Conasam), la controversia continúa en medio de críticas de que el Índice de Precios al Consumidor (IPC) no refleja la realidad.
La preocupación del Gobierno: la brecha entre el IPC y el costo de vida
El presidente Santiago Peña reconoció que el aumento del salario mínimo se basa en una inflación acumulada del 3,6%, pero señaló que el método actual de cálculo del Índice de Precios al Consumidor (IPC) no refleja el aumento real en la cesta de la compra de los trabajadores. El Ministro de Economía, Carlos Fernández Valdovinos, también admitió que el IPC no capta adecuadamente el aumento de los precios de los productos esenciales y declaró que se está considerando la introducción de un nuevo método de cálculo para reajustar el salario mínimo.
El ministro Fernández afirmó: "La insatisfacción pública con las estadísticas del Banco Central es constante. Esto también es una forma de formular la política monetaria, pero el problema del salario mínimo debe ser reconsiderado y deben buscarse mejoras".
Actualmente, el gobierno, las empresas y los sindicatos están participando en una revisión de los ítems que servirán de base para el cálculo del IPC, lo que determinará si se seguirá utilizando el IPC como indicador de referencia para los aumentos del salario mínimo. Esta medida se interpreta como una respuesta a las críticas constantes de los sindicatos y las organizaciones civiles, que sostienen que el método actual está provocando una disminución del poder adquisitivo real de los trabajadores.
Exigencia de cambio en el método de cálculo del salario mínimo y refuerzo de la transparencia
En este contexto, la senadora Esperanza Martínez ha presentado un proyecto de ley para modificar el método de cálculo del salario mínimo. La senadora Martínez argumenta que el IPC actual no refleja adecuadamente la inflación de los alimentos. Según sus datos, mientras que el IPC general aumentó un 28% entre 2018 y 2023, los precios de los alimentos se dispararon un 47%. En 2023, en particular, los precios de los alimentos subieron un 7,5%, mientras que el IPC general solo aumentó un 3,9%.
La senadora Martínez enfatizó: "El salario mínimo debe reajustarse de acuerdo con el índice que tiene el mayor impacto, y en la mayoría de los casos, ese es el índice de precios de los alimentos". El proyecto de ley también incluye disposiciones para aumentar la transparencia, exigiendo que Conasam publique en el sitio web del Ministerio de Trabajo todas las actas, métodos de cálculo y criterios utilizados para el reajuste del salario mínimo. "Existe una desconfianza en las cifras. Lo que pedimos es que se hagan públicos los datos para que todos puedan verificar cómo se llegó al monto final", añadió la senadora Martínez.
Se espera que este aumento del salario mínimo tenga un impacto positivo inmediato en los trabajadores paraguayos, pero el problema fundamental de que el IPC no refleja la realidad y las discusiones sobre el cambio en el método de cálculo seguirán siendo temas de debate. Se prestará atención a si se establecerá un sistema de determinación del salario mínimo razonable que refleje el aumento real del costo de vida percibido por los trabajadores, a través de la cooperación entre el gobierno, el poder legislativo y los diversos sectores de la sociedad.