
El 29 de noviembre de 2024, se inició el Novenario en Caacupé, el principal santuario mariano de Paraguay. Cada año, miles de peregrinos acuden al Santuario de Caacupé para expresar su devoción, y este año no fue la excepción. Sin embargo, este año los mensajes políticos fueron más fuertes que nunca.
En particular, el obispo de la diócesis de Caacupé, Gabriel Escobar, pronunció un duro discurso en la misa de apertura, criticando fuertemente a los políticos paraguayos. Señaló que mientras los políticos viven una vida de privilegios, el pueblo común sufre de pobreza y enfermedades. Criticó los altos salarios, presupuestos especiales, privilegios y otros beneficios de los políticos. Además, destacó que debido a la falta de un sistema de salud adecuado, muchas personas no pueden recibir atención médica adecuada en los hospitales.
El obispo Escobar criticó especialmente el hecho de que los ricos utilicen hospitales privados, mientras que los pobres deben esperar largas horas en los hospitales públicos y, a veces, ni siquiera reciben atención médica. También señaló que la mala calidad del transporte público dificulta el desplazamiento de muchas personas y afecta su calidad de vida.
No solo el obispo Escobar, sino también el obispo de Caacupé, Ricardo Valenzuela, criticó recientemente el intento de los legisladores de aumentar sus salarios, argumentando que esto demuestra una desconexión con las dificultades que enfrenta el pueblo.
De esta manera, durante el Novenario de Caacupé, la Iglesia Católica, más allá de ser un espacio para la expresión de la fe, se ha convertido en una plataforma importante para exigir justicia social y criticar la corrupción.
Caacupé no es solo un lugar de peregrinación religiosa para los paraguayos, sino también un lugar donde las personas encuentran consuelo y esperanza a través de su fe, y donde elevan sus voces para luchar por una sociedad más justa. Cada año durante el Novenario, Caacupé se convierte en un foro para abordar los diversos problemas de la sociedad paraguaya y buscar soluciones para un futuro mejor.
A través del Novenario de Caacupé, podemos ver el impacto de la religión no solo en la vida individual, sino también en la sociedad en general. La Iglesia Católica, más allá de ser un lugar para el crecimiento espiritual individual, desempeña un papel importante en la promoción de la justicia social y la protección de los más vulnerables. Esperamos que las voces que se levantan en Caacupé sirvan como catalizador para el cambio social en Paraguay.
El 29 de noviembre de 2024, se inició el Novenario en Caacupé, el principal santuario mariano de Paraguay. Cada año, miles de peregrinos acuden al Santuario de Caacupé para expresar su devoción, y este año no fue la excepción. Sin embargo, este año los mensajes políticos fueron más fuertes que nunca.
En particular, el obispo de la diócesis de Caacupé, Gabriel Escobar, pronunció un duro discurso en la misa de apertura, criticando fuertemente a los políticos paraguayos. Señaló que mientras los políticos viven una vida de privilegios, el pueblo común sufre de pobreza y enfermedades. Criticó los altos salarios, presupuestos especiales, privilegios y otros beneficios de los políticos. Además, destacó que debido a la falta de un sistema de salud adecuado, muchas personas no pueden recibir atención médica adecuada en los hospitales.
El obispo Escobar criticó especialmente el hecho de que los ricos utilicen hospitales privados, mientras que los pobres deben esperar largas horas en los hospitales públicos y, a veces, ni siquiera reciben atención médica. También señaló que la mala calidad del transporte público dificulta el desplazamiento de muchas personas y afecta su calidad de vida.
No solo el obispo Escobar, sino también el obispo de Caacupé, Ricardo Valenzuela, criticó recientemente el intento de los legisladores de aumentar sus salarios, argumentando que esto demuestra una desconexión con las dificultades que enfrenta el pueblo.
De esta manera, durante el Novenario de Caacupé, la Iglesia Católica, más allá de ser un espacio para la expresión de la fe, se ha convertido en una plataforma importante para exigir justicia social y criticar la corrupción.
Caacupé no es solo un lugar de peregrinación religiosa para los paraguayos, sino también un lugar donde las personas encuentran consuelo y esperanza a través de su fe, y donde elevan sus voces para luchar por una sociedad más justa. Cada año durante el Novenario, Caacupé se convierte en un foro para abordar los diversos problemas de la sociedad paraguaya y buscar soluciones para un futuro mejor.
A través del Novenario de Caacupé, podemos ver el impacto de la religión no solo en la vida individual, sino también en la sociedad en general. La Iglesia Católica, más allá de ser un lugar para el crecimiento espiritual individual, desempeña un papel importante en la promoción de la justicia social y la protección de los más vulnerables. Esperamos que las voces que se levantan en Caacupé sirvan como catalizador para el cambio social en Paraguay.